Su herida golpead de vez en cuando;
no dejadla jamás que cicatrice.
que arroje sangre fresca su dolor
y eterno viva en su raíz el llanto.
si se arranca a volar, gritadle a voces
su culpa: ¡qué recuerde!
si en su palabra crecen flores, nuevamente,
arrojad pellas de barro oscuro al rostro,
pisad su savia roja.
talad. talad, que no descuelle el corazón
de música oprimida.
si hay un hombre que tiene
el corazón de viento,
llenádselo de piedras
y hundidle la rodilla sobre el pecho.
no dejadla jamás que cicatrice.
que arroje sangre fresca su dolor
y eterno viva en su raíz el llanto.
si se arranca a volar, gritadle a voces
su culpa: ¡qué recuerde!
si en su palabra crecen flores, nuevamente,
arrojad pellas de barro oscuro al rostro,
pisad su savia roja.
talad. talad, que no descuelle el corazón
de música oprimida.
si hay un hombre que tiene
el corazón de viento,
llenádselo de piedras
y hundidle la rodilla sobre el pecho.
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